¿Alguna vez has sentido que tus avances en terapia son demasiado pequeños para celebrarlos? ¡Es más común de lo que crees! A menudo nos enfocamos en la meta final, olvidando que el camino hacia ella está lleno de pequeños triunfos. Cada paso que damos, por más insignificante que parezca, nos acerca a nuestro bienestar emocional.
Asistir a una sesión sin sentirte abrumado, expresar un sentimiento difícil, tomar una decisión que te costaba antes… Todos estos son pequeños logros que merecen ser reconocidos y celebrados. Al hacerlo, reforzamos nuestra confianza en nosotros mismos y nos motivamos a seguir adelante.
¿Cómo celebrar estos logros?
- Escribe en un diario: Documentar tus avances te permite reflexionar sobre tu progreso y reconocer lo lejos que has llegado.
- Comparte con alguien de confianza: Hablar con un amigo, familiar o incluso tu terapeuta sobre tus logros puede hacerte sentir más conectado y apoyado.
- Date un pequeño regalo: Un masaje, un baño relajante o una salida a caminar pueden ser formas sencillas de recompensarte por tus esfuerzos.
El papel del terapeuta también es fundamental en este proceso. Un buen terapeuta te ayudará a identificar tus logros, te felicitará por ellos y te brindará el apoyo que necesitas para seguir avanzando.
Mantener la motivación a largo plazo puede ser un desafío, pero es posible. Estableciendo metas realistas, practicando la autocompasión y buscando apoyo en un grupo de apoyo, podrás mantenerte enfocado en tu objetivo.
Recuerda, el progreso en terapia es un viaje, no una carrera. ¡Cada paso cuenta!